
La comunicación es inevitable
La comunicación no sólo es continua, sino también inevitable. Si por algún motivo experimentamos una sensación nueva, un triunfo o un fracaso, ninguno de ellos adquiere relevancia si otra persona no los conoce o si no entablamos un diálogo con nosotros mismos que nos conduzca a una mejor apreciación de la experiencia vivida.
Cuando dos o más personas se reúnen, la comunicación es constante aun en periodos de silencio, pues éstos también comunican, sólo que a un nivel no verbal. La comunicación implica la generación de mensajes, sean éstos dirigidos a otra persona o a nosotros mismos. La generación de menajes hacia otro ser humano se llama comunicación interpersonal, mientras que la generación de mensajes dirigidos a nosotros mismos se denomina comunicación intrapersonal.
En ocasiones parece que toda una conversación acontece dentro de nosotros. Así tenemos un diálogo interno, como «No debiste haberlo hecho», «¿y por qué no?» Todo lo que sucede dentro de nuestro ser en forma de mensaje es comunicación intrapersonal. Por ello, la comunicación es inevitable, pues constantemente estamos generando mensajes, sean éstos interpersonales o intrapersonales.
La comunicación es irreversible
Esto indica que lo comunicado en un momento no puede borrarse o ignorarse. Todo lo que comunicamos forma parte de nuestra historia en la interacción comunicativa: una promesa que no podemos cumplir, un comentario que no quisimos decir, hasta una mirada hostil de la que inmediatamente nos arrepentimos. Es posible negar lo que dijimos o insistir en que nuestras expresiones faciales o comentarios fueron malinterpretados; pero dichas justificaciones sólo proporcionan nueva información a nuestros receptores, quienes la incorporan y pueden, de cierta manera, modificar su opinión.
El propósito fundamental de cualquier interacción es lograr mayor comunicación
En muchas ocasiones, el contenido de nuestro mensaje es menos importante que el hecho de mantener abiertos los canales de la comunicación. Este tipo de comunicación acerca de asuntos irrelevantes o conversación intrascendente viene á ser un sustituto del silencio y resulta de gran utilidad para mantener abiertos los canales, pues facilita la comunicación acerca de temas importantes cuando necesitan ser discutidos.
La comunicación interpersonal oral acontece en dos niveles
Cada situación comunicativa incluye un nivel verbal, en el que expresamos un mensaje: por medio de palabras y oraciones y los receptores contestan de la misma manera. El segundo nivel, llamado no verbal, se refiere a expresiones faciales, a la inflexión e intensidad de la voz, que nos indican cómo interpretar las palabras que escuchamos.
Es muy diferente escuchar nuestro nombre en un tono de amistad que en uno de agresión: la sucesión de sonidos es la misma, mas no la inflexión, ya que por medio de ella reaccionamos de manera distinta.
La comunicación interpersonal nos afecta y es afectada por nosotros mismos
La manera en que percibimos nuestro ser (actitudes, conducta, concepciones, ideas, etc.) se da, hasta cierto punto, en función del reconocimiento que nos otorgan las personas que nos rodean. A través de una relación interpersonal, verificamos el tipo de reconocimiento que provocamos. Si las personas nos buscan y nos expresan su simpatía, si responden a nuestras indicaciones de manera entusiasta, tenderemos a percibirnos de modo más positivo que si nos evitaran, nos expresaran su enemistad o respondieran hostilmente. No tratamos de sugerir que las demás persones siempre tienen una visión acertada o que sus percepciones son correctas: en muchos casos, sus respuestas nos pueden informar más acerca de ellos y prácticamente nada acerca de nosotros mismos sin embargo, es difícil evitar que la influencia positiva o negativa de las personas con las que interactuamos nos afecte en mayor o menor grado.
La influencia que recibimos repercute en la comunicación interpersonal y se refleja en las reacciones espontáneas ante los comentarios o insinuaciones. A veces encontramos personas que, ante la más mínima insinuación, responden tranquilamente defendiendo sus ideas: esas personas se consideran seguras y capaces. En otros casos sucede lo contrario: ante la misma insinuación, alvinos están dispuestos a rechazar sus propias ideas sin tratar de defenderlas, porque tienen poca seguridad en sí mismos y consideran que sus planteamientos no son válidos. En ambos casos, la comunicación interpersonal se verá afectada por estas condiciones de personalidad. En el primer caso, estaremos más dispuestos a criticar, ya que esto no afectaría a la persona segura de sí mismo, pero no en el segundo caso, pues temeríamos que no se toleraran nuestras críticas y tomaríamos una postura más cuidadosa, procurando despertar en el interlocutor la seguridad de que sus ideas, en cierto modo, son aportaciones dignas de tenerse en cuenta.
El espacio físico puede tener una influencia importante en la comunicación
Recientemente, los especialistas en la comunicación se han percatado de los efectos que la arquitectura, la distribución de los objetos y otros factores físicos tienen en la comunicación. ¿Se ha preguntado el lector alguna vez si la arquitectura y el espacio influyen directamente en la comunicación en clase? Piense en el efecto que puede tener.
- Un salón de clase rectangular.
- La distribución de los pupitres en filas.
- La colocación de las ventanas a la izquierda de los alumnos.
- La luz que penetra por el hombro izquierdo del alumno.
- Los asientos fijos.
- La división de los salones de clases (un escritorio, tarima, etc.), que separa al maestro de los alumnos.
En ocasiones, las quejas de los grupos de alumnos y maestros se refieren a problemas de acústica, luz, ruido, contactos de luz que no funcionan, asientos que no se mueven, colores opacos o brillantes, etc. Esto indica que dichos factores (arquitectura y espacio) dificultan de alguna manera el aprendizaje y la comunicación. Por ejemplo, se ha observado que los estudiantes que están dentro del límite visual del maestro participan más activamente. También se ha notado que hay mayor participación en los alumnos sentados en el área central y que ésta decae en relación directa con el aumento de alumnos. Esto da un ejemplo de la importancia que tienen la arquitectura y los objetos en la comunicación, ya que pueden influir de cierta manera en el tipo y grado de interacción.